En enero de 2021 harán exactamente veinte años que la sociedad civil global se reunió por primera vez en Porto Alegre, Brasil, para dar forma a ‘otro mundo’, es decir, diferente del mundo que fue construido por el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, organizado exactamente en las mismas fechas.
El Foro Social Mundial (FSM) todavía existe, al igual que el FEM, y ambos se han adaptado, con mayor o menor éxito, a los cambios globales.
Ahora, en el vigésimo aniversario del FSM, se han hecho varios y divergentes análisis de su existencia. El objetivo del FSM era dar respuesta al discurso producido en Davos y desarrollar alternativas al neoliberalismo promovido por los poderes dominantes y hegemónicos.
Hoy podría ser interesante echar un vistazo, no a lo que ha logrado el FSM[1], sino a dónde se encuentra el FEM y de qué manera el FSM está o puede ser considerado en oposición a esta conferencia global.
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